Los autobuses de Malta: una mirada nostálgica.
En Julio de 2011 desapareció una de las estampas más típicas de Malta: sus coloridos autobuses.
Cuando aterrizábamos en Malta, una de las primeras imágenes que teníamos eran sus pintorescos y llamativos autobuses pintados de naranja y amarillo que nos hacían preguntarnos si nos habíamos equivocado de Isla y habíamos llegado a Cuba. Eran auténticas reliquias sobre ruedas ya que algunos llevaban más de 60 años circulando por la isla.
Cuando los británicos abandonaron Malta tras conseguir ésta su independencia en 1979, una de las herencias que dejaron fueron vehículos militares que los malteses adaptaron para uso civil como autobuses de línea. Cada uno de ellos tenía su propia personalidad, ya que el conductor era el propietario y lo decoraba, tanto por dentro como por fuera, a su gusto: y ya sabemos que sobre gustos no hay nada escrito…. En la mayoría de los casos podíamos encontrar estampas de vírgenes y santos, rosarios, crucifijos, pero también pegatinas y pósters de lo más variado.
Sin duda no eran los autobuses más cómodos del mundo: no tenían aire acondicionado, la puerta, si la tenían, siempre iba abierta, y aunque los “más modernos” tenían botones para avisar al conductor de que queríamos bajar en la siguiente parada, la mayoría utilizan un sistema bastante peculiar: una cuerda recorría todo el techo del autobús y cuando tirabas de ella sonaba una campanita al lado del conductor.
La Unión Europea decidió que contaminaban mucho así que desde hace un par de años recorremos Malta en unos autobuses fabricados en China, bastante más grandes eso sí, de color turquesa, con aire acondicionado, acceso a minusválidos, cómodos asientos… ¡y puertas que se abren y cierran!.
Estoy convencida de que los malteses están encantados con estos nuevos vehículos, pero la mayoría de los turistas añoran las viejas antiguallas amarillas que daban saltos por la carretera y tenían un altar en el salpicadero.